La justicia decretó la quiebra de la constructora San Felipe S.A. La firma acumula pasivos por más de $19 millones y sus principales acreedores son Banco Estado, Oil Malal Chile y Copec.

A finales del año pasado la compañía solicitó la apertura de un proceso de reorganización para lograr un acuerdo con sus acreedores y evitar la liquidación. El plan proponía obtener recursos con la venta de equipos y con platas que están pendientes en poder de los mandantes de las obras que desarrolla la empresa, así como postergar todos los créditos relacionados.

En abril de 2024 la junta de acreedores rechazó la propuesta, que si bien contó con el apoyo de 39 de los 50 acreedores con derecho a voto, sólo representaron el 20% del pasivo.

Posteriormente, San Felipe S.A. propuso presentar un nuevo acuerdo de reorganización, pero tanto Banco Estado, Oil Malal y Copec se opusieron. Por ello, la justicia decretó oficialmente la liquidación de la compañía.

Trayectoria y crisis

La constructora fue fundada en 1982 y empleó a más de 700 trabajadores. Durante su trayectoria, desarrolló más de 200 obras y se especializó en movimiento de tierras y obras viales. Su principal mandante fue el Departamento de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas de Chile, pero también desarrolló trabajos privados de minería.

La compañía se encontraba en una sana situación financiera pero, como a todo el rubro de la construcción, la pandemia le provocó una disminución en la productividad de obras, disminuyendo su rentabilidad y aumentando el plazo de éstas. Situación que se sumó al histórico e impredecible aumento de costos de los principales insumos.

De esta forma, San Felipe S.A. no tiene la capacidad de mantener su giro en los términos que lo ha hecho durante los últimos 40 años.

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