Nova Austral, salmonera controlada por capitales noruegos, solicitó su reorganización judicial al Juzgado de Letras y Garantías de Porvenir, el pasado mes de junio por pasivos que alcanzan los US$559,7 millones. De esa cifra, US$484,6 millones corresponden a las obligaciones con sus acreedores financieros.

Crisis financiera

La compleja situación de Nova Austral surgió luego de una larga lista de infracciones y juicios. Entre ellas, a mediados de 2022, cuando la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), en un fallo sin precedentes, revocó los permisos de tres concesiones de la empresa.

En su solicitud de reorganización, la compañía se refirió a un “endurecimiento del estándar fiscalizador” que aplicó castigos inéditos. “En efecto, la SMA revocó permisos ambientales de centros de engorda salmónidos de Nova Austral muy relevantes para su operación, mientras que Sernapesca aplicó duras sanciones que limitaron las cosechas de otros de sus centros. Se suma a lo anterior, la retención por parte de la justicia de recursos por gratificaciones correspondientes a la Ley Navarino, que superan los $7 mil millones”, se detalla.

Asimismo, alegaron que hay una falta de reconocimiento de las mejoras operacionales que la compañía ha tenido con su nueva administración desde hace 4 años “que se ha preocupado de corregir procesos y reforzar controles internos para elevar al máximo sus estándares éticos y de cumplimiento”.

Además en el escrito agregaron que existió una invalidación de autorizaciones para relocalizar los centros de cultivo y que la pandemia y sus consecuencias económicas presionaron aún más la situación.

Fallida reestructuración financiera

Previa a esta solicitud, la compañía había estado luchando por conseguir que sus bonistas aprobaran un acuerdo de reestructuración financiera.

La propuesta contemplaba la salida del fondo noruego Altor Capital, actual controlador de la salmonera, que ya no estaría dispuesto a seguir inyectando capital a la firma. Quienes tomarían el control serían los acreedores que, en su mayoría son inversionistas chilenos, según declararon fuentes al Diario Financiero. 

Sin embargo, no se consiguió cerrar el acuerdo, reportó el gerente general de la compañía, Nicolás Larco, en una comunicación a la Bolsa de Oslo.

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