A pesar de ser casi el doble estimado por el Banco Central, se proyecta una amplia recuperación para el 2021.
El Coronavirus sigue dando que hablar en materia económica, esta vez porque el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer sus proyecciones -negativas- tanto para la economía global como nacional, a través del Panorama Económico Mundial. Se prevé que la economía mundial se contraiga bruscamente un 3% este 2020, lo cual, si lo comparamos con la crisis financiera de 2008 y 2009 es mucho menor, más si tomamos en cuenta el crecimiento del 3,3% proyectado en enero. Para Chile, el panorama es distinto, ya que el FMI estima que el PIB caerá un 4,5% este año, un porcentaje considerablemente menor al crecimiento de 0,9% que se contempló en la revisión de enero, cuando este ya había sido impactado por el estallido social iniciado en octubre de 2019.
Por su parte, el Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central estableció un rango de entre -1,5% y -2,5% para la contracción del producto nacional, mientras que el Banco Central advertía una caída del 3% para la economía chilena.
A su vez, el organismo plantea que si la pandemia se logra controlar para el segundo semestre, se podría proyectar un crecimiento del 5,8% de la economía mundial al 2021, siempre y cuando la actividad económica se normalice, y proyectó también que el PIB chileno avanzaría un 5,3%, porcentaje que supera en un 0,55% lo proyectado por el Banco Central.
Si bien el panorama que se plantea es duro, Chile no sería el más afectado de Sudamérica, dado que la proyección regional es una contracción del 5% para crecer en un 3,4% al 2021, cifras significativamente menores a la proyección nacional.
País | Contracción PIB 2020 | Crecimiento PIB 2021 |
Chile | 5 % | 3,4 % |
Perú | 4,5 % | 5,2 % |
Colombia | 2,4 % | 3,7 % |
Brasil | 5,3 % | 2,9 % |
Argentina | 5,7 % | 4,4 % |
Ecuador | 6,3 % | 3,9 % |
¿Se viene una nueva crisis crediticia?
De acuerdo Tobias Adrian, Director de Asuntos Monetarios y Mercados Financieros del Fondo Monetario Internacional, una vez que esta crisis sanitaria esté bajo control, los esfuerzos deben destinarse a recuperar “evaluar y sanar el daño infligido por la pandemia en los balances de empresas no financieras, instituciones financieras y gobiernos”, ya que considera que “ha aumentado el riesgo de que la incapacidad de los prestatarios para pagar sus deudas ejerza presión en los bancos y provoque que los mercados de crédito se congelen”, lo que podría conducirnos a una nueva crisis crediticia entre prestatarios no financieros “exacerbando aún más la recesión económica”.
Estamos sin dudas enfrentando una crisis sin precedentes por el Covid-19 en salud y estabilidad económica y financiera.