Después de siete meses en tribunales, disputas entre sus acreedores y esquivar la quiebra en distintas oportunidades, en enero, Nova Austral había logrado aprobar su acuerdo de reorganización judicial.
La compañía salmonera que reportó deudas por US$560 millones destaca por ser la principal empleadora en Tierra del Fuego.
Según explicó el Diario Financiero, como resolución del proceso de reorganización, la compañía cambiaría de propiedad y los bonistas -grupo que conforman el fondo británico Fidera y el family office de los Solari Donaggio- se quedarían con la compañía. De esta forma, el fondo noruego Altor dejaría la salmonera y se reestructurarían los pasivos de la empresa y para darle viabilidad.
Sin embargo, el mismo mes de enero, dos acreedores impugnaron el acuerdo. Y el pasado mes de mayo, el Juzgado de Letras y Garantía de Porvenir, acogió las solicitudes y ordenó el proceso de Liquidación concursal, requiriendo a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento la nominación de un liquidador.
¿Por qué se impugnó el acuerdo?
Uno de los acreedores que se opuso al acuerdo fue Nutreco, el tercer acreedor más grande del proceso, representando el 4,3% de la deuda, equivalentes a US$25.9 millones. Para ellos el acuerdo era ilegal «por contener estipulaciones abusivas y discriminatorias (…) infringiendo el principio de igualdad entre los acreedores» ya que, a diferencia de otras compañías, no fueron incluidos en el listado de proveedores de alimentos esenciales, situación que lo priva de ciertas cláusulas contenidas en el acuerdo.
Asimismo, se acusó que Nova Austral «se concertó con acreedores para votar a favor y obtener una ventaja indebida”.
La otra empresa que impugnó el acuerdo fue Compañía Salmonífera Dalcahue, acreedor valista. Ellos alegaron que se dieron condiciones de pago más favorables para la subclase de valistas esenciales -versus los no esenciales; «lo que considera arbitrario y sin fundamentación alguna, permitiendo ventajas indebidas», resumió el juzgado.
Esto, ya que existe un beneficio indebido para la compañía Carey Ltda. (estudio de abogados de Nova Austral en el proceso), a quien se le cataloga como proveedor esencial, versus la Compañía Salmonifera Dalcahue, la que se califica como valista, según se explica en la resolución que ordenó la liquidación.
Apelación
Nova Austral interpuso un recurso de apelación contra esta resolución señalando en un comunicado que: “La sentencia de primer grado incurre en errores graves. Acogió impugnaciones al acuerdo de reorganización por considerarlas contrarias a la ley y constitutivas de un acuerdo indebido, a pesar de aprobarse con todos los requisitos legales, con la aprobación de más de 2/3 de los discriminados y en una junta deliberativa que se desarrolló en presencia del propio Tribunal a Quo».
Según la compañía «el problema central del razonamiento del Tribunal a Quo es que considera que la existencia de diferencias entre acreedores es contraria a la Ley. Esto es totalmente incorrecto, ya que el artículo 64 de la Ley 20.720 permite establecer diferencias entre clases de acreedores, siempre que ellas sean votadas por la clase discriminada, como de hecho ocurrió en este caso».
La empresa alega que la resolución «no consideró ninguna de las alegaciones y defensas de Nova Austral, y omitió absolutamente considerar la contundente prueba rendida. Incluso, el propio Tribunal a Quo recibió las impugnaciones a prueba, para después desestimar siquiera considerar la prueba rendida».
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