El grupo lechero y agrícola Chilterra, controlada por la familia Ríos y capitales neozelandeses, recurrió a la justicia el pasado mes de julio para iniciar un proceso de reorganización, con la meta de ordenar sus finanzas y así evitar la quiebra.
El grupo se conforma de las sociedades Chilterra y Agrícola Dos Ríos, las que tienen deudas que alcanzan los US$60 millones. Entre sus principales acreedores están los bancos Rabobank, Scotiabank e Itaú, y la empresa Prolesur, subsidiaria de Soprole enfocada en el abastecimiento de leche y la fabricación de productos en el sur de Chile, según informó el Diario Financiero.
La compañía actualmente tiene nueve salas de ordeña, más de 13 mil cabezas de ganado y opera más de 7.200 hectáreas agrícolas en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y la Araucanía. Gracias a lo anterior, es uno de los principales productores de leche a nivel nacional y le da trabajo directo a más de 200 personas.
¿Cuáles fueron las razones?
En su solicitud a la justicia el grupo apunta a aumentos de costos de producción y precios de los insumos, originados por la pandemia, y por la guerra en Ucrania.
En el conglomerado confían en que, producto de la correcta reestructuración de sus pasivos, podrán equilibrar la situación, mantener su nivel de producción, que es esencial para el abastecimiento alimenticio del país, y continuar con el legado que comenzó en 1993.